Si pensamos en uno de los palacios más importantes que componen la Alhambra, el primer nombre que se nos viene a la cabeza es el Palacio de Comares. Se considera el más importante, ya que era la residencia principal del sultán, salvo en los meses más veraniegos en los que se alojaba en el Generalife. Este palacio está presidido por la Torre de Comares, la cual lleva su mismo nombre. Y si nos paramos a analizar la etimología de esta palabra árabe todo tiene sentido, puesto que procede del vocablo “arsh” que significa “tienda de campaña” o “trono”. Con lo que se puede comprobar, que Torre de Comares era el nombre más adecuado para enfatizar la excepcional jaima que suponía este palacio.

TORRE DE COMARES ALHAMBRA
Al ser uno de los lugares con mayor relevancia para la vida musulmana, se hace aún más interesante conocer más sobre la Torre de Comares. De la cual, debido a su aspecto exterior austero y simple, se hace difícil imaginar toda la riqueza ornamental que en ella se esconde. Concretamente, en su interior se encuentra el Salón del Trono o también conocido como Sala de los Embajadores. Este lugar es el mayor espacio y de los más importantes dentro de la ciudad palatina, por su utilidad y por albergar una amplia variedad de detalles arquitectónicos y simbólicos, relacionados con la cultura árabe.
Es especialmente importante en esta sala cómo se busca desde un principio unir el mundo terrenal al aspecto religioso. Para lo cual se busca incorporar en los elementos constructivos, a través de la decoración epigráfica, fragmentos relativos al Corán. Una de las más llamativas es la que se encuentra debajo de la techumbre de madera, en la que se puede leer “Bendito sea aquel en cuya mano está el dominio”. Y es precisamente esta techumbre de madera, la mayor obra de arte que podemos encontrar en la sala. Está elaborado siguiendo la técnica ataujerada, que fue heredada por los maestros mudéjares. Todas las piezas de madera que se utilizaron para su construcción, se unen formando un diseño geométrico. Con el que se quiere representar los siete cielos por los que tiene que atravesar cualquier creyente musulmán. Hasta que llegue al octavo que ya es considerado como el paraíso, que en este techo aparece representado por el cupulín central.

TORRE DE COMARES GRANADA
En el interior de la Torre de Comares se podían encontrar tres habitaciones bastante iguales entre sí, salvo una de ellas. La cual tenía una ornamentación más cuidada y como se puede intuir era la que ocupaba el sultán. Al estar ubicada en eje frente a la puerta de entrada, para todo aquel que entraba se producía un efecto deslumbramiento. Provocando así un enaltecimiento de su figura. Los propios Reyes Católicos cuando ya conquistaron el palacio, permanecieron enarbolando el pendón en la Torre de Comares. Lo cual hace indicar que era fácil identificar la importancia de este lugar, frente a otros.
En cuanto a la decoración en la parte inferior de la torre, se caracterizaba por los zócalos alicatados con combinaciones geométricas y paneles de yesería a modo de tapiz, en los alzados. En la actualidad podemos comprobar como contrastaban los tonos más suaves de las yeserías con el colorido usado para los alicatados. Por su parte, en el suelo podemos ver restos de la solería original. La cual seguramente en muchas ocasiones se cubría con grandes alfombras que dan mayor calidez a la estancia.
Si quieres ver por ti mismo cómo se encuentra en la actualidad la Torre de Comares y el resto de estancias del monumento nazarí, te aconsejamos comprar tus entradas a la Alhambra con guía oficial.