Existen muchos lugares desde los que se puede tener una panorámica perfecta de la Alhambra. Uno de los más destacados, aunque no es ninguno de los miradores más típicos, es la Silla del Moro. O también conocido como el Castillo de Santa Elena. El objetivo de su construcción tenía que ver con la vigilancia y protección, concretamente del Generalife y sus huertas. Pero también se construyó en una ubicación estrátegica, para proteger un sector de vital importancia para la distribución del agua a toda la Alhambra, como es la Acequia Real.
Como se ha dicho la Silla del Moro de Granada, formaba parte de una red defensiva de toda la ciudad, junto a otras construcciones como los palacios de Dar-al-Arusa y los Alijares.
LA SILLA DEL MORO GRANADA
Sin embargo, tras derrocar a los musulmanes y tras los años convulsos que se vivieron en la ciudad, la Silla del Moro quedó completamente abandonada y casi convertida en ruinas. Y es que, aunque durante los años de reinado de los Reyes Católicos, se siguió utilizando con fines militares, tras la Guerra de la Independencia las tropas napoleónicas lo dejaron en un estado completamente abandonado. Es precisamente, gracias a las reformas llevadas a cabo por los Reyes Católicos que el espacio pasa a denominarse el Castillo de Santa Elena, teniendo fines religiosos al convertirlo en una iglesia cristiana.
Hasta que, en la segunda mitad del siglo XX se comenzaron labores de restauración, empezando concretamente con la torre principal. La cual era el cuerpo principal de toda la construcción. Esta torre se asentaba sobre una plataforma a la cual se tenía acceso a través de una puerta ubicada por el lado sur. Sin embargo, la propia torre tenía otra entrada localizada por el lado norte, a la que se podía acceder por unas escaleras.
SILLA DEL MORO ALHAMBRA
Las labores de restauración de la Silla del Moro de Granada, comenzaron en el año 1929 a cargo de Leopoldo Torres Balbás. Pero en estas tareas de recuperación del castillo, no podemos olvidar la importancia de Francisco Prieto Moreno. Quien tuvo la idea de convertir el lugar en una zona de ocio y recreo, convirtiéndolo primero en un mirador y posteriormente en un restaurante. Pero no se realizaron adecuadamente las obras, y se construyó una torre central de mayor altura y eso provocó que se hundiera pocos años más tarde.
Tras este desastre, en los años 1997 y 1998 se produjo un cambio en el objetivo de la restauración de este lugar. Se investigó, a través de diferentes sondeos arqueológicos y se llevaron a cabo labores de limpieza, cuidados y asesoramiento a la vez que se iniciaba la demolición de las construcciones levantadas durante los años 60 en las anteriores, tareas de restauración de la Silla del Moro.
Siendo estos trabajos el antecedente perfecto para la elaboración del proyecto de restauración desde el 2008 hasta el 2010. Donde ya por los numerosos cambios y maltrato a la construcción a lo largo de los años, se busca complementar los restos existentes de la torre con una reconstrucción parcial de la misma. De esta manera, se logra mostrar a los amantes de la cultura su marcado carácter estratégico y de vigilancia a la vez que se destacan los restos de la construcción original que siguen manteniéndose a pesar del paso de los años.
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